Así que allá nos fuimos (perros de la calle)
Escrito publicado en la revista Dogstar de marzo de 2017: https://issuu.com/dogstar_magazine/docs/dogstar_09-/25
Así que allá nos fuimos… La decisión de realizar un viaje a través de Irlanda, Inglaterra, Escocia, Nepal e India durante 10 meses, surgió por diferentes razones, pero una muy importante fue conocer los estilos de vida de otros perros en otros lugares, sobre todo perros que viven de forma más autónoma, sin la intervención tan directa de los seres humanos.
¡Quién nos iba a decir lo que nos encontraríamos!
Me gusta mucho la idea de dar el máximo de libertad posible a los perros en nuestro día a día, para que a través de experiencias, y por supuesto de errores, vayan madurando y siendo cada vez más independientes, algo que parece pertenecer a la naturaleza de cada ser vivo.
Este proceso madurativo, después de su paso inevitable por la locura de la adolescencia, lleva a los perros hacia una adultez responsable y en calma, donde son capaces de gestionar las situaciones que viven diariamente con tranquilidad, sin reacciones exageradas y con la mínima intervención por nuestra parte.
Todas estas ideas, en mi caso, las había aprendido mayormente de forma teórica, a través de grandes educadores caninos que he tenido la suerte de conocer, o de forma práctica, a través de ciertos perros que también he tenido la suerte de conocer, pero no era suficiente, y… ¡madre mía! , nada tiene que ver con poder observar las verdaderas capacidades de los perros de la calle en directo, perros en estado puro.
Así que allá nos fuimos… Los primeros meses del viaje en Irlanda, Inglaterra y Escocia fue más de lo mismo, los perros que conocimos tenían estilos de vida parecidos a los nuestros, con sus pros y sus contras, pero al llegar a Nepal e India todo cambió.
Por supuesto, varias personas, con toda su buena intención, nos decían “id preparados para lo que os vais a encontrar, perros hambrientos, enfermos, maltratados o agresivos…”, pero eso no fue lo que nos encontramos, por lo menos lo que nosotros vimos y vivimos en los 18 lugares en los que permanecimos (ciudades, playas, campo…) durante 3 meses. Eso sí, es necesario mirar un poco más allá, mirar con otros ojos, quitarnos el velo de lo preconcebido y aprendido.
Perros rechazando comida porque tienen de sobra, perros viviendo en grupos y en paz, perros sanos, con un lenguaje corporal pausado, como quien tiene controlado por completo el entorno donde vive, madres criando sus cachorros de forma natural, con pausa y sin excesos, perros cruzando carreteras como quien pasea por el parque, perros sociables que te siguen para ver si les cae algo de los suculentos manjares que los turistas disfrutan, perros que no les importa lo más mínimo la presencia de personas a su alrededor y siguen con su vida, perros adolescentes jugando y aprendiendo auto-control, perros adultos resolviendo sus conflictos sin intervención humana… y así no pararía de contar un sin fin de situaciones. Pudimos grabar 289 vídeos.
Claro está, que nos vienen a la cabeza un sinfín de preguntas y dudas.
Como por ejemplo… ¿estos perros a veces tienen problemas?, sí. ¿Esto es el paraíso para los perros?, no. La vida es maravillosa pero ningún ser vivo está exento de sufrimiento y problemas en determinadas ocasiones. Aunque estaréis de acuerdo conmigo en que la vida es para vivirla.
Y… ¿estos perros sufren o tienen más problemas que los perros que viven con nosotros y que tienen un acceso limitado a la calle? Difícil respuesta, que daría para un largo debate sobre las necesidades caninas y nuestra visión del perro dentro de nuestra estructura social y urbana, pero lo que si os puedo decir, es que lo que vimos en estos países fue perros libres de estrés y libres de miedos, algo que no puedo decir de muchos de los perros que me encuentro diariamente en mi ciudad.
Entonces… ¿debemos empezar a dejar hacer a los perros lo que quieran en cualquier circunstancia? ¿Debemos dejar que los perros domésticos tengan cachorros sin control? ¿Debemos dejar que un perro con problemas agreda a otros perros? ¿Debemos soltar a los perros en cualquier circunstancia y que se las apañen en la calle?, por supuesto que no, ni ellos ni nosotros estamos preparados a día de hoy.
De acuerdo, pero… ¿nuestro objetivo es que nuestra convivencia con los perros sea igual que en estos lugares? Creo que no, cada cultura y cada sociedad son diferentes y nosotros tenemos que buscar nuestra propia forma de convivir con los perros en armonía, que se adapte a nuestra manera de pensar y respete las necesidades caninas.
Y finalmente, ¿son capaces de gestionar ellos solos muchas, y digo muchas, más situaciones de las que pensamos?, POR SUPUESTO QUE SÍ. Salgamos de nuestra zona de confort, la mayoría de miedos relacionados con nuestros perros son infundados, y esto no es justo para ellos y su bienestar emocional.
Por eso, está experiencia ha reafirmado en mí dicha teoría sobre educación canina que aprendí de esos grandes educadores y de esos grandes perros que he podido conocer, porque experimentar es completar lo aprendido.
Existen muchas cosas que podemos aprender y extrapolar de los perros de la calle, y lo que tengo claro es que, confiar más en los perros y en sus habilidades, es el camino a seguir. Lo que nos deparará el camino, y hasta donde lleguemos nadie lo sabe, dependerá del desarrollo de nuestra sociedad, así que, por favor, confiemos más en las capacidades latentes que nuestros perros poseen y démosles progresivamente un poquito más de libertad día a día.
Eso sí, antes de dar este paso aprendamos sobre perros y su comportamiento, y démoslo con seguridad, y si es necesario con ayuda profesional. Nosotros ya lo estamos haciendo desde hace tiempo, y es una gozada experimentar como mejora la convivencia con nuestros perros, vivimos todos más tranquilos y han desaparecido muchos de los miedos que teníamos.
P.D.: Lo observado y valorado en este viaje no es ningún estudio científico, es una experiencia personal, de donde hemos sacado nuestras conclusiones.
Cada perro, cada persona, cada situación y cada lugar del mundo son diferentes, por eso animo a cada uno a que experimente sus propias ideas.
Eduardo Cabanillas
Educación Canina Natural